Las cumbres del Moncayo, resultan un espectáculo hermoso de contemplar desde cualquiera de los lugares circundantes
Y desde su cima se puede visualizar en días despejados las tierras sorianas, las gargantas de los ríos Queiles y Val, las llanuras del Valle del Ebro, el cerro de la Diezma y la Muela de Borja, y pueblos como Tarazona, Borja, Magallón, Lituénigo, San Martín, Ólvega, Ágreda
El Moncayo constituye la alineación montañosa más elevada de todo el Sistema Ibérico, siendo su mayor altura el Pico de San Miguel 2316 m
Sin embargo, el Moncayo no siempre se ha mostrado tan imponente, como en la actualidad lo conocemos, ni su corteza terrestre se componía del importante abombamiento de hoy
Si nos remontamos a la era Secundaria o Mesozoica, el Moncayo era una fosa entre dos macizos elevados: la Meseta Central de la Península Ibérica y el Macizo del Ebro. Los ríos arrastraban hacia ella sedimentos y los depositaban en forma de grandes deltas
En el Jurásico el mar invadió toda la región y a finales de este, y comienzos del Cretácico surgen los primeros movimientos conocidos como Orogenia Alpina, motivo por el cual el Moncayo inicia su levantamiento y el mar se retira
Durante el Terciario los movimientos tectónicos provocan que la Meseta Central choque con el Macizo del Ebro, y que este último se hunda. Es a partir de este momento, cuando el Moncayo pasa a ser un espacio montañoso
Existencia de un cabalgamiento principal, denominado "Noribérico, situado a 5 km de profundidad bajo el Moncayo y se prolonga hasta las localidades de Tarazona y Borja, donde hace superponerse a la Cordillera Ibérica sobre la cuenca terciaria del Ebro. Otros dos secundarios son el cabalgamiento de la sierra del Tablado y otro por la denominada falla de Talamantes
Los agentes erosivos se han ido encargando de desmantelar este relieve, dejando una huella especial los pequeños glaciares que durante el Cuaternario labraron los circos de Morca, San Gaudioso y San Miguel
El Moncayo por su altitud, su aislamiento respecto a otras montañas, su posición latitudinal y simplicidad morfológica, constituye un enclave natural muy singular
Geológicamente el Moncayo sigue vivo. Su relieve continúa evolucionando debido a las aguas corrientes, la nieve, el hielo, el viento y los seres vivos
Entre todos estos agentes erosivos destaca el hombre, con sus explotaciones forestales, ganadería, caza, creación de carreteras, e incendios (señalar el último incendio ocurrido durante el mes de agosto 2012)
Detengámonos un momento para reflexionar:
.....y entre todos debemos valorar, proteger y disfrutar de este patrimonio natural que celosamente han cuidado y conservado nuestros padres. Hoy disfrutamos de esta maravillosa herencia, y nuestro deber es conservarla para nuestros hijos....
