El Monasterio de Santa María la Real de Fitero se fundó en los terrenos donados por el rey castellano Alfonso VII, por lo que los orígenes y primeros tiempos de este monasterio estuvieron ligados al reino de Castilla
Este monasterio se benefició de las donaciones y exenciones de Alfonso VII (1126-1157), así como de las de sus descendientes más inmediatos, Sancho III, Alfonso VIII, monarcas que lo consideraron como uno de los monasterios más importantes del reino
El carácter fronterizo de este monasterio también le permitió beneficiarse de algunas donaciones otorgadas por los reyes de Navarra. Pero en el SXIV este monasterio sufrió las consecuencias de las numerosas guerras entre los reyes de Castilla y Navarra, con motivo de poseer el lugar fronterizo de Fitero. Definitivamente el cardenal Guido de Bolonia lo adjudicó al reino de Navarra
El primer abad del Monasterio de Fitero fue Raimundo de Fitero, que durante dos décadas gobernó este monasterio. El abad Raimundo de Fitero fue sucedido por el abad Guillermo (1161-1182), nombrado este por el obispo Martín de Tarazona, cuyos hombres armados invadieron y usurparon el Monasterio de Fitero, incorporando así la abadía a la diócesis de Tarazona
La iglesia del Monasterio de Fitero, igual que todas las iglesias cistercienses, fue dedicada a la Virgen
El Monasterio de Fitero es un edificio de planta de cruz latina que posee cabecera con girola a la que se abren 5 capillas absidales
El retablo mayor de Santa María la Real de Fitero constituye un excepcional conjunto manierista de talla y pincel de fines del SXVI
La iglesia del Monasterio de Fitero, igual que todas las iglesias cistercienses, fue dedicada a la Virgen
El Monasterio de Fitero es un edificio de planta de cruz latina que posee cabecera con girola a la que se abren 5 capillas absidales
El retablo mayor de Santa María la Real de Fitero constituye un excepcional conjunto manierista de talla y pincel de fines del SXVI
El retablo mayor de traza manierista con columnas de orden gigante, es obra del arquitecto Diego Sánchez, y alberga en su calle central los grupos escultóricos romanistas de la Asunción, Coronación y Calvario, tallados por el escultor Arnedo Antón de Zárraga
Sus tablas son pintadas por Rolan Moys, pintor de Bruselas afincado en Zaragoza. La iconografía de las pinturas del retablo representan a San Pedro y San Pablo, apóstoles padres de la Iglesia, y también aparecen representados santos como San Juan Bautista, San Lorenzo, San Benito, Santa Lucía y Santa Águeda. Todas estas pinturas giran en torno a Nuestra Señora, titular del retablo mayor del Monasterio de Fitero
Sus tablas son pintadas por Rolan Moys, pintor de Bruselas afincado en Zaragoza. La iconografía de las pinturas del retablo representan a San Pedro y San Pablo, apóstoles padres de la Iglesia, y también aparecen representados santos como San Juan Bautista, San Lorenzo, San Benito, Santa Lucía y Santa Águeda. Todas estas pinturas giran en torno a Nuestra Señora, titular del retablo mayor del Monasterio de Fitero
En la nave norte se abre la capilla tardía de la Virgen de la Barda y en la nave sur se abren dos puertas que comunicaban con el claustro, y posteriormente se añade la capilla bautismal. La puerta situada más al este del muro sur era la destinada a los monjes y la situada más al oeste era el lugar por el que los conversos accedían a la iglesia
El órgano monumental se construyó desde 1657 a 1659 por el maestro francés Nicolás Brisét y fue inspeccionado por los prestigiosos músicos don Lucas Pujol, organista de la catedral de Tarazona y don Lorenzo López de Galarreta y Baquedano, maestro de hacer órganos avecindado en Lerín
Con la construcción de este elegante órgano, la iglesia abacial se hacía con el rey de los instrumentos, a gran escala, en un contexto de Iglesia triunfante
Los sonidos del órgano, desde entonces, pasaron a formar parte de los elementos de poder de aquel señorío monástico, a la voz que también se escuchaban cual metáfora de las jerarquías angélicas
En plena cultura del Barrroco, tan íntimamente aliada con los sentidos, las voces y sones del órgano constituían uno de los más sensuales medios para la fascinación de quienes asistían a las ceremonias dentro del templo
El órgano monumental se construyó desde 1657 a 1659 por el maestro francés Nicolás Brisét y fue inspeccionado por los prestigiosos músicos don Lucas Pujol, organista de la catedral de Tarazona y don Lorenzo López de Galarreta y Baquedano, maestro de hacer órganos avecindado en Lerín
Con la construcción de este elegante órgano, la iglesia abacial se hacía con el rey de los instrumentos, a gran escala, en un contexto de Iglesia triunfante
Los sonidos del órgano, desde entonces, pasaron a formar parte de los elementos de poder de aquel señorío monástico, a la voz que también se escuchaban cual metáfora de las jerarquías angélicas
En plena cultura del Barrroco, tan íntimamente aliada con los sentidos, las voces y sones del órgano constituían uno de los más sensuales medios para la fascinación de quienes asistían a las ceremonias dentro del templo
El claustro monacal se adosó en el lado sur de la iglesia, y en ella se encontraba un banco corrido de piedra para la lectura de los monjes y como hemos comentado antes, una puerta comunicaba el claustro con la iglesia, que a través de ella permitía que los monjes accedieran a ella
En el exterior del edificio se aprecia la piedra de sillería bien cortada de un precioso y característico tono dorado, los contrafuertes, que corresponden con los límites de los tramos interiores de las naves o con el eje central en el caso de las capillas absidales
El Monasterio de Fitero fue uno de los pocos monasterios que menos sintieron las funestas consecuencias de la Desamortización de Mendizabal, gracias a que la iglesia abacial de Fitero paso a ser parroquia de la Villa de Fitero y de esta manera se pudo conservar gran parte de su ajuar
Desgraciadamente no ocurrió lo mismo con el archivo y la biblioteca en la que se guardaban manuscritos, breviarios, libros litúrgicos y ediciones impresas
Un referente universal para la biblioteca se encuentra relacionado con la visita del poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer, que estuvo en el Balneario de Fitero en 1861. Su conocida leyenda comienza con estas palabras:
"Hace algunos meses, que visitando la célebre abadía de Fitero y ocupándome en revolver algunos volúmenes de su abandonada biblioteca, descubrí en uno de sus rincones...."
En junio de 1931 la Iglesia y Claustro del Monasterio de Fitero fueron declarados por el Ministerio con la máxima categoría de Monumento Nacional
En la foto podemos ver las magníficas pinturas murales de la Capilla de la Virgen de la Barda
"En nuestra visita al Monasterio de Fitero pudimos ser testigos de su grandeza al poder contemplar in situ un conjunto de obras tan destacadas como el retablo mayor, obra de Rolan Moys, pintor flamenco que colaboró con Tiziano, junto a otros retablos con los que se revistieron los muros del templo medieval, la caja del órgano, lienzos y diversas esculturas importadas de talleres castellanos"
Todo este conjunto dan cuenta al visitante del esplendor de las artes que vivió este monasterio
Gracias
ResponderEliminar¿Qué otros nombres tienen los Montes del Cierzo (por el mojón de Tres Reyes)?
Me suena que por el sur de Navarra llaman a los Montes del Cierzo (también) de otra forma.
Se puede responder libremente (sin registro) en http://www.foro-ciudad.com/navarra/fitero/mensaje-11258053.html