Hoy nuestro camino transcurre por la Ruta de Becquer, esta ruta es uno de los itinerarios más pintorescos del Moncayo no sólo por su asombroso paisaje por el que transcurre sino porque está envuelto de historia y leyendas que llevan al caminante a un mundo de fantasía
La ruta de Bécquer comienza en el Monasterio de Veruela, se dirige hacia Trasmoz por el mismo trazado que el sendero PR-Z 2, y finaliza en la localidad de Litago
Recorrido de ida 7,5 Km, es de fácil acceso y puede realizarse a pie, a caballo, en bicicleta de montaña...
El caminante encontrará a lo largo de todo el trazado varios paneles informativos, que versan sobre los recuerdos y textos de Gustavo Adolfo Bécquer y de imágenes de su hermano Valeriano Bécquer
Salimos del aparcamiento del Monasterio de Veruela y cruzaremos la carretera para dirigirnos hacia donde se encuentra la Cruz Negra
En esta Cruz el poeta Gustavo Adolfo Becquer esperaba sentado la correspondencia de Madrid
En nuestro camino nos acompañan tres buenas amigas que con entusiasmo tomaremos el camino indicado hacia Trasmoz
Tras terminar la primera loma, a nuestra derecha veremos el camino de acceso al Yacimiento Arqueológico de Oruña
Este yacimiento se encuentra ubicado sobre un cerro elevado, en él se conservan hornos de fundición utilizados para la fabricación de armas con el hierro que extraían del Moncayo
Desde este yacimiento podremos disfrutar de las espectaculares vistas que nos brinda la montaña mágica, y estas vistas son las mismas en que sus habitantes de antaño seguramente adorarían
Gustavo Adolfo Bécquer quedó desorientado por esta ruta, entre las localidades de Litago y Trasmoz, y en su leyenda cuenta:
"Volvi pies atrás, bajé de nuevo hasta donde se encontraba el pastor y mientras seguíamos juntos por una trocha que dirigía al pueblo, a donde también iba a pasar la noche mi improvisado guía, no pude menos de preguntarle con alguna insistencia por qué, aparte de las dificultades que ofrecía el ascenso, era tan peligroso subir a la cumbre por la senda de la tía Casca.....
Porque antes de terminar la senda tendríais que sortear el precipicio al que cayó la maldita bruja que la da su nombre, en ella fue despeñada la señora en cuestión, y al ser rechazada por Dios y por el Diablo, su alma vaga por ese camino, y mediante engañosos sonidos, unas veces con lloros de niño, otras con gruñidos de lobo, atrae a los ingenuos caminantes para, con su seca mano, despeñarlos por el barranco"
Volviendo al camino decididos a llegar a Trasmoz sin detenernos, fue algo que nos fue imposible cumplir. Y no por la distancia que nos separa de Trasmoz, sino porque no pudimos evitar hacer un alto en nuestro camino, para disfrutar de la estampa que nos ofrecía el poder ver como el majestuoso Castillo de Trasmoz vigila sus dominios
Gustavo Adolfo Bécquer en una de sus obras relata cómo dicho castillo fue construido en una sola noche
Una vez llegado a Trasmoz pasamos ante una pequeña granja de gallinas, gallos y ocas, que nos alegró por su simpatía
Seguidamente nos dispusimos a recorrer las calles del bello pueblo de Trasmoz, localidad de una gran tradición y de leyendas de brujeria, y a continuación tomaremos la dirección hacia el castillo
Es interesante acercarse hasta el castillo ya que desde allí podemos ver unas asombrosas vistas hacia el norte los Pirineos, y al sur el Moncayo
Retomaremos el camino y dejaremos a la derecha las murallas del cementerio de Trasmoz
Durante nuestro camino nos encontraremos con pequeñas vides viejas, y hierbas aromáticas que nos hacen sentir la naturaleza
Atravesamos un pequeño barranco olvidado, y nos encaminamos dirección al Moncayo, con sus nieves, ahora no permanentes, que son lo más llamativo, ya que todavía falta mucho para la primavera, pendiente esta de verdear sus colinas
Ya en el horizonte podemos ver como se empieza a asomar nuestro querido Litago
Este destaca por sus monumentos y por el buen hacer de sus gentes, siempre recibiendo correctamente al caminante
Nuestro último tramo del camino atraviesa las huertas de Litago, llenas de cardos de la época en la que nos encontramos y por áreas de labranza esperando la llegada de la primavera
Ya en Litago, donde acaba esta magnífica ruta podremos ver la Iglesia de la Asunción del S.XIII, la Ermita dedicada a San Sebastian, y la Ermita dedicada a la Virgen del Pilar
Nuestras amigas, ya enamoradas del Moncayo, no olvidarán este día.......
Ruta muy recomendable para esta época del año, está perfectamente señalizada y el paisaje merece la pena
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